Nuevo Spider-Man para PS4
Uno de los juegos exclusivos más esperados de PS4 llega esta semana. Hemos trepado todos los muros de Manhattan para contaros cómo es el regreso al videojuego del héroe arácnido.
Hubo una época no tan lejana en la que hablar sobre juegos basados en películas o superhéroes era casi carne de même. Sus análisis, casi un castigo al redactor. Y eso es porque generalmente eran títulos basados en una franquicia conocida que aprovechaban el tirón comercial del cine para “pescar” en el público generalista unas ventas - y muchas veces bastante generosas - que muy difícilmente se defendían de cara al consumidor de videojuegos más exigente. Proyectos llevados a cabo con escaso margen de tiempo, dotados de presupuestos poco generosos y descuidando por completo esa faceta de la marca, como si el videojuego no importara de cara a cuidar o manchar el buen nombre de una licencia.
De esto han sido culpables tanto Marvel como DC por igual, pero salvo alguna que otra muy deshonrosa excepción, queremos creer que con este Marvel’s Spider-Man se apuesta definitivamente por aspirar a la excelencia, por seguir en la línea de la calidad de títulos como los de la serie Batman: Arkham, pero con una identidad propia. Este título que hoy nos ocupa, esta nueva entrega de uno de los más importantes iconos de Marvel, es tal vez el mejor Spider-Man que hemos visto en muchos años y probablemente el que hayamos visto nunca.
Un gran poder…
El peso de esta responsabilidad se ha confiado a Insomniac Games que, a pesar de no tener el caché de otras compañías como Rockstar o Naughty Dog, lleva 25 años aportando juegos y haciendo grande a la marca PlayStation con nombres de la talla de Spyro, Ratchet & Clank o la estupenda saga Resistance. Y su escarceo con Microsoft de hace unos años culminó con un notable Sunset Overdrive que, estando lejos de ser el vendeconsolas que nos intentaron vender, sí fue un título repleto de oficio y de fondo de armario para Xbox. ¿Y qué ha hecho Insomniac con nuestro trepamuros favorito? Pues ha tomado una aproximación relativamente conservadora, creando un juego de mundo abierto clásico (de los de montones de iconos en el mapa) que rodea una campaña principal muy cinematográfica de entre 15 y 20 horas de duración. No existe un contador oficial de tiempo incluído en el juego pero para sacar el platino, que requiere completar absolutamente todo al 100%, hemos invertido no menos de 30 o 35 horas; eso sin incluir el tiempo que hemos empleado, simplemente, disfrutando mientras paseábamos en red por Manhattan.
Y es que uno de los núcleos fundamentales sobre los que gira la experiencia de este Marvel’s Spider-Man es precisamente las sensaciones que uno tiene al manejar al hombre araña por Nueva York. Es algo en lo que prácticamente coincidimos todos los que hemos podido probar el juego en mayor o menor medida: balancearse en red no se hace pesado en ningún momento, ni tan siquiera tras decenas de horas al mando. Incluso pudiendo utilizar viaje rápido por el mapa, es sorprendente la cantidad de veces en las que hemos decidido ir en red de A hacia B por el simple placer de hacerlo. Es la casi perfecta fusión entre el “realismo” de la física del personaje y la facilidad con la que resulta llevar a cabo los movimientos.
El éxito reside en hacer fácil, natural y creíble algo tan increíble como perseguir un coche que va a toda velocidad rodeando el Empire State. Consiste en hacer entender al usuario, en apenas unos minutos, que si no hay paredes, no hay red de la que colgar. Que si el edificio está a la derecha, no se puede girar a la izquierda. Que se puede dejar espacio a la habilidad y a la creatividad del jugador pero a la vez ser accesible para todo el mundo casi de forma instantánea. En definitiva, navegar en red es una experiencia en sí misma, casi un juego en sí mismo. Un muy buen juego, además.
Pero lo cierto es que desplazarse por Manhattan, por importante que sea, está al servicio de la campaña principal, una experiencia que representa el corazón del título. Marvel’s Spider-Man es un juego cánon, aunque no del universo que hemos visto en Homecoming o en el MCU en general. Pero al ser cánon se nota que se ha puesto especial interés en hacer partícipe al espectador del peso de lo que supone ser uno de los héroes favoritos de Nueva York; en especial algo que siempre se ha recogido en los cómics pero se ha trasladado muy mal en los videojuegos: la dificultad de Peter Parker para mantener una vida medianamente normal y hacerla convivir con su alter ego enmascarado. Parker ya no es un aprendiz de héroe, por así decirlo. Tiene 23 años, es ocurrente y observador, trabaja en una empresa de implantes prostéticos y lleva bastante tiempo luchando por mantener su ciudad a salvo mientras lo compagina con su vida personal y familiar.
Estamos ante probablemente la mejor entrega de la franquicia Spider-Man en muchos años. Tal vez una entrega que por fin le hace justicia por la cantidad de detalle, de inversión y de cariño que se ha puesto en ella. No es el juego definitivo del trepamuros sin lugar a dudas y, aunque parezca algo negativo, significa que hay espacio para que nos sorprendan con una segunda parte, un Arkham City que venga a mejorar el Arkham Asylum que lo precedió. No dudamos de que si se acaba de pulir la dinámica de los combates, se mejora la interacción con el mapa, se proporciona mayor variedad a los encuentros con pelea fuera de la historia.
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